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La arquitectura de un supermercado va mucho más allá de lo que ven los ojos del consumidor final. Mientras que las áreas de venta de las tiendas ganan cada vez más atención en cuanto a la percepción y fluidez del espacio, la exposición de productos, el mobiliario, la comunicación y el merchandising, en paralelo ocurre un universo sumamente técnico en lo que llamamos la trasera. La operación del supermercado tiene una necesidad de infraestructura específica como cámaras frigoríficas, preparaciones, almacenes y áreas administrativas que deben ser pensadas a detalle al momento del proyecto. El flujo de empleados, por ejemplo, es primordial en el diseño del back office y en la productividad del equipo. Cuando el flujo de producción es funcional, el cliente final recibe su producto más rápido y mejor. Para ello, diseñamos con foco en la mejor conexión entre los sectores de la tienda.